23.11.02

Ya no me encuentro en aquel jardín de margaritas grises que tardaba en deshojar… ya no mas… me quede dormido un tiempo… desperté no se después de cuanto tiempo… a mi alrededor todo era blanco… las flores crecían sin pétalos, solo los botones… allí, como trofeos, como amaneceres pero teniendo otro color… el de un atardecer… ese color con sensación de victoria, de que todo ha acabado… me siento aliviado…

La presión sobres mis hombros se ha ido… ¿Soy otro?, ¿soy el mismo?, ¡me han cambiado el fondo del cuarto!... el cuarto de siglo que he vivido ya no es el mismo, ahora tiene otro nombre… El me acompaña en esta infinita habitación de impecable color blanco con botones de flores por doquier, y al igual que yo, esta conmocionado de ver tanta realidad cerca… ¿será que esa realidad ha espantado a esa presión sobre mis hombros?, no se… realidad que al igual que ese color blanco, te hace preguntar si realmente esta allí… que al igual que ese color blanco te hace dudar que pertenece a este espacio… ¿o a aquel espacio?... ¿en el tiempo?... no se…

Decido levantarme y explorar la habitación, en los ojos de mi compañero todo se refleja tan nítidamente que me pierdo, confundiéndome en ese instante, y casi caigo de nuevo en el juego…pues no, decido incorporarme y caminar… claro, nunca lo deje solo… no puedo…

A veces el universo esta allí, conspirando…pero no por mi, si no en contra de mi… muestra de ello es la retahíla de fotos que acaban de pasar por mi mente que por momentos oscurecen el blanco de esta habitación y mas que nunca deseo no caer en los ojos de mi compañero, no mas…no caeré…

Es que bueno, por mas que decida caminar lejos de el, no puedo abandonarlo, porque una vez escribí: “decidimos darle paso a trece deseos, deseos que nacen de nuestros pasados.”, y es así…gracias a el tengo lo que tengo, y pienso lo que pienso…por mas daño que me haya hecho, no me queda mas que darle las gracias, y así: como a un padre viejo, enfermo y ciego, no me queda otra que esperar a que muera, tratándole de dar siempre, eso si, buenos momentos… ¿o acaso debo olvidarme del tiempo que me dedico?...

El esta muriendo, y ambos estamos felices, en esta habitación que ahora veo llena de botones de flores, allí, esperándome como trofeos… ¿Qué si extraño los pétalos?, uhm… es una buena pregunta, a veces si, porque no puedo negarlo, es divertido deshojar las margaritas grises, siempre esta latente el enigma, hasta el ultima pétalo… pero la retahíla de fotos me impulsan a echarles gasolina a todos los pétalos del mundo y encenderlos, y así de una vez mato dos pájaros de un tiro: al tiempo y al frió de esta habitación…

Aquí no hay ventanas, pero descubrí algo… si cierro los ojos puedo ver hacia fuera de esta habitación, es difícil concentrarse ya que mi compañero es muy inseguro, no le gusta estar solo y siempre esta allí tratando de llamar mi atención, atención que de un tiempo para acá pertenece a otro lugar…

Quisiera acostumbrarme rápidamente a mis nuevos ojos, quisiera dejar de depender de cerrarlos para ver la realidad (¿o la supuesta?), debo caer en cuenta que ya tire a la basura aquel par de ojos que mas de una vez maldije…ya no mas…

A veces no se que es mejor, si perder la conciencia o descubrir aquel par de ojos nuevos… no se… ¿Quién podría contestar esa inquietud?...la falta de conciencia te obliga a cerrar aquel par de ojos extraños que viene escondido en ese paquete que te dan al nacer: la vida… vida de la cual a veces huyo, pero nunca me deja en paz, al igual que mi compañero que perennemente me recordara hasta que muera que esta allí conmigo…aunque no lo quiera… y caigo en cuenta de nuevo que estoy en esta gran habitación blanca…y sonrió…