15.6.02

Ya no recuerdo cuando fue la última vez que te vi, estabas allí mismo... creo...

Me mirabas con esa tierna tristeza tan tuya... verte era observar un espejo, te parecías a todos, te parecías a mi...

Una de tantas veces es la que recuerdo siempre, venia yo subiendo la escalera y estabas de espaldas a mi, allí en ese balcón… el viento movía armoniosamente tu cabello… ese simple espectáculo me estremecía… recuerdo esa sonrisa tuya y tu mirada distante, como si estuvieras ausente pero estabas allí, como aquel poema que escribí antes de conocerte, ese poema que trataba de mi… Te soñaba aun estando despierto, porque todo era como un sueño, me trasformaba en un egoísta y malgastaba mis segundos solo observándote, el presente para mi era eterno…

Mis recuerdos de ti son lo etéreo, lo profano, aquella mezcla de lo divino y lo sacrílego, todo en exacta proporción, en equilibrio perfecto… tenerte era morirse y nacer de nuevo, todo al mismo tiempo… era estar y no estar allí, como un ente espectral eramos tu y yo, no perteneciamos aqui... solo el uno para el otro…

Ante la misma inmensidad en la cual nos juramos amor eterno entre caricias y sollozos, derramo lágrimas en tu nombre… una sonrisa se dibuja en mi rostro, lo que me hace saborear el salado sabor de la soledad…

Así te quise, así te quiero… así te querré… por la eternidad…